La primera actriz de origen dominicano en recibir un Oscar
En mis años de ejercicio periodístico son muchas las satisfacciones obtenidas, sobre todo porque siempre he abrazado esta profesión con la convicción de que el periodismo, cuando se ejerce con pasión, integridad y alto nivel de compromiso, puede ser la vía para contribuir con el crecimiento y desarrollo del ser humano, sin importar la faceta en la que se desenvuelva.


En ese bien hacer, siendo redactora de la sección «La Vida» del Listín Diario, hace 25 años tuve el privilegio de entrevistar a una jovencita que llegó a nuestra redacción con un montón de sueños que cobraban vida en su imaginación y que ella develaba con la seguridad plena de que se cumplirían.
Era junio de 1999 y hoy, dos décadas y media después, no solo ha hecho realidad todos los sueños que acariciaba en esos momentos, sino que superó todas las expectativas.

Hermosa, muy esbelta, de piel mulata, temperamento afable y tan dominicana como la tambora, ella acaba de recibir un Óscar; así como lo lee en este momento. Esta es la primera vez que un dominicano es nominado y premiado con la codiciada estatuilla que entrega la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense a quienes considera los exponentes más destacados en diferentes aspectos del cine.
Hablamos de Zoe Saldaña, la actriz más taquillera de Hollywood, quien este año, 2025, ha arrasado en la temporada de premios del séptimo arte, con seis galardones, cinco como mejor actriz de reparto por su papel en el narco musical «Emilia Pérez». Estos son: el Óscar, el Globo de Oro; Premio del Sindicato de Actores; Premio BAFTA y el que se otorga en esa categoría en los Critics Choice Awards 2025, además del Premio Spotlight 2025 del Costume Designers Guild.


En esa primera entrevista, su primera exposición pública como talento, tanto en el país como en el exterior, Saldaña ya hablaba con seguridad de cómo sería su desarrollo en la industria cinematográfica. Y eso es fácil de descubrir con tan solo leer esa entrevista publicada en media página del Listín Diario el 7 de junio de 1999, titulada «De llegar a Hollywood, quiero aportar mi cuota a fin de cambiar el estereotipo de los latinos».
Considero que es tiempo de que los latinos escenifiquen personajes diferentes al de los chicanos gangueros y los toma cervezas. Yo sé que hay millares de actores latinos que pueden hacer personajes de papeles históricos a nivel mundial».
Planteó Zoe Saldaña en aquella primera entrevista

Aquella conversación con ella fue la primera en ser publicada, pero no la última. Tengo el privilegio de haber entrevistado a Saldaña en tres oportunidades, y en cada una de estas pude ir advirtiendo su crecimiento como actriz, que se hacía evidente en su coherencia, enfoque y disciplina, factores indispensables para que, el pasado 2 de marzo, durante la ceremonia de entrega número 97 de los Óscar, fuera premiada como mejor actriz de reparto por su magnífico papel en el narco musical Emilia Pérez.
Si en esa primera entrevista, cuando apenas era una joven que soñaba con formar parte del elenco de una película producida por Martin Scorsese y protagonizada por Nicolas Cage, fue enfática en expresar su parecer de la industria del cine; en la segunda, a propósito de su participación en una de las películas más clamadas y taquillera, «Avatar», habló del gran reto que significaba para ella su actuación en esta cinta producida por el conocido director James Cameron, quien tras «Titanic» no había vuelto a dirigir.
La tercera conversación fue en 2021, previo a finalizar su descanso de cinco años, tiempo que tomó para dedicarse por entero a otro de sus papeles estelares, la maternidad. En aquella ocasión, Saldaña confesó que sentía como que venía «una segunda ola».

Es ahí cuando surge la siguiente pregunta: ¿En sus sueños de niña ya visualizaba el éxito que ha alcanzado?
No me imaginaba todo esto, jajaja jajaja. Además de ser una persona estratégica, también soy geminiana y vivo en el presente. En ese momento en que tú me entrevistaste para el Listín Diario, hace unos años, yo sentía que había llegado a lo máximo. No es como que estoy aquí y tengo que llegar allí, no soy así. Si solamente llegamos hasta hoy, me siento bien, porque trato de vivir todos los días al máximo; siempre estoy planeando para las próximas estaciones, pero bien presente.
Y con esa visión se convirtió en la actriz más taquillera de Hollywood…
Me encanta, ¡jajaja! Se siente muy bien poder ganar, ¡y a mí me gusta ganar! Soy competitiva, pero de una manera muy saludable. No me comparo con otros. Si me interesa algo, me gusta prepararme, entrenarme y educarme día a día y ver cómo eso me trae los resultados del valor del sacrificio que le estoy poniendo. También, de una manera espiritual, me siento muy agradecida de que, a mi manera, estoy aportando a dejar un buen legado a las personas como yo, para que sientan que ellos también pueden.


Esa última expresión está en su ADN y, como lo dejó ver en su gran noche al recibir su primer Óscar: «Soy la primera estadounidense de origen dominicano en recibir un Premio de la Academia, y sé que no seré la última», dijo entre risas y lágrimas de emoción resaltando su orgullo de ser hija de padres inmigrantes con sueños, dignidad y manos trabajadoras.

Y en ese mismo escenario el pasado 2 de marzo, en la que el mundo, y muy particularmente la República Dominicana, observaba hipnotizada la ceremonia de los Premios Óscar, hice un recorrido por la brillante carrera de esa jovencita que entrevisté hace 25 años, que fue haciendo camino al andar, superando obstáculos, obteniendo éxitos sin dejarse deslumbrar de ellos, hasta lograr hoy, a sus 46 años, coronar con la mayor brillantez una carrera que se construyó sobre la base de trabajo, talento y disciplina.