Tras tres años marcados por momentos muy difíciles, William y Kate han decidido dar un paso importante hacia una nueva etapa. Se mudarán junto a sus tres hijos a Forest Lodge, en Windsor, un entorno más privado y rodeado de naturaleza, ideal para priorizar el bienestar familiar y la tranquilidad en estos tiempos complejos.


La nueva residencia es una mansión de más de 300 años, valorada en 21 millones de dólares, con ocho habitaciones, seis baños, una cancha de tenis, y toda la privacidad que una familia real
pueda necesitar.

Share: