La investigación revela que culpar a la mujer y minimizar la violencia son ideas presentes en la
sociedad dominicana, y tanto mujeres y hombres asumen estas distorsiones


La violencia contra la mujer permanece vigente en la sociedad dominicana a través de estereotipos que estiman a la mujer como inferior frente al varón, culpabilizan a la mujer víctima de maltrato y ven la violencia como estrategia de solución de problemas. La persistencia de estos pensamientos erróneos fue revelada por un estudio realizado por el Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), con el auspicio por el Banco Popular Dominicano.

La investigación titulada “Pensamientos Distorsionados sobre la Mujer y el Uso de la Violencia” se aplicó para comprobar las distorsiones cognitivas más frecuentes en la forma de pensar de la población dominicana, entre ellas, que las mujeres son inferiores y culpables de padecer violencia, la falta de responsabilidad del agresor y otras creencias erróneas sobre los roles sexuales que legitiman la violencia como forma de solucionar los conflictos.

Dra. Soraya Lara Caba, presidenta de PACAM.

Estudio pionero en el país
La doctora Soraya Lara Caba, presidente del PACAM, resaltó que se trata del primer estudio de estas características hecho en el país y sus hallazgos pueden servir para programas de políticas públicas y de atención psicológica a hombres agresores. También es una ayuda de valor para que las fiscalías conozcan las distorsiones cognitivas que pueden ser indicadores de riesgo de violencia.

La presidente del PACAM agradeció al Banco Popular su apoyo institucional al patronato desde hace 17 años, el cual ha permitido llevar a cabo investigaciones como esta. A inicios de decretarse los confinamientos por la pandemia en el país durante el año pasado, las terapeutas del PACAM pudieron incrementar la asistencia a mujeres de escasos recursos económicos víctimas de violencia, gracias a los aportes del Popular.

Hallazgos

La encuesta fue aplicada a 2,045 personas, con una edad media de 41.5 años; el 30.7% fueron hombres y el 69.3%, mujeres, en 27 provincias más el Distrito Nacional, entre noviembre de 2020 y enero de 2021. El 87% de la muestra contaba con un grado académico de licenciatura o superior.

Tanto mujeres como hombres participantes en el estudio asumen estas distorsiones del pensamiento, siendo en el caso de los varones significativamente mayor. No se detectó diferencia estadística entre las diferentes regiones del país. Así, el trabajo del PACAM expone que el 10.3% de los encuestados cree que la mujer debe tener la comida a punto cuando el hombre llega a casa; un 8.5% afirma que, cuando un hombre pega a su pareja, ella sabrá por qué; en tanto el 5.6% de los entrevistados dice que el
hombre es el responsable de la familia y la mujer debe obedecer.

La mujer es responsable de su maltrato

Responsabilizar a la mujer por mantener la convivencia con un hombre violento es de todas las distorsiones la más aceptada entre los dominicanos: un 41.8% de las respuestas dice que si la mayoría de las mujeres víctimas de violencia no llaman a la Policía es por querer proteger a sus parejas; un 41.4% expresa que, si realmente quisieran, las mujeres maltratadas sabrían
cómo prevenir nuevos episodios violentos; para el 24.3% hay muchas mujeres que provocan deliberadamente a sus parejas para que pierdan el control y las maltraten.

También se percibe una distorsión con los menores en el hogar, ya que en un 31.1% de las ocasiones los encuestados afirman que los niños no se dan cuenta del maltrato de sus padres a sus madres, a no ser que sean testigos directos de la violencia.
La investigación muestra cómo se acepta esta violencia como un mecanismo en la convivencia en la familia, justificando que lo que ocurre en un núcleo familiar debe quedarse ahí.

Al minimizar la violencia, se elimina también la culpa al maltratador. El 48.9% de los casos eximen a las personas violentas por tener graves problemas psicológicos, mientras un 45% de los encuestados ve la violencia contra las mujeres como una muestra de la preocupación de los maltratadores por ellas.

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