El coleccionista  Luis Felipe Cartagena presentó la exposición “Alberto Ulloa: Mi colección” , que consta de 275 piezas

Con el título “Alberto Ulloa: Mi colección”, el coleccionista Luis Felipe Cartagena Sánchez presentó su más reciente exposición en el Museo de Arte Moderno, durante un acto que contó con la asistencia de personalidades de la vida nacional y del mundo del arte.

Al hablar de su muestra, Cartagena Sánchez dijo que la misma forma parte de las actividades conmemorativas del 13 aniversario del fallecimiento de Alberto Ulloa, dibujante y escultor de imaginación desbordada y uno de los pintores dominicanos más productivos, exitosos y de mayor proyección a nivel nacional e internacional.

Afirmó que la exposición consta de aproximadamente 275 obras entre esculturas y pinturas, siendo la más amplia exposición del maestro Alberto Ulloa desde el año 1974 hasta el 2011 cuando falleció. Estará abierta al público hasta el jueves 7 de agosto en horario del MAM.

 “Para mí es un gran honor tener la oportunidad por primera vez en la historia, de más de 33 años adquiriendo y coleccionando específicamente arte dominicano, exponer una de mis colecciones en el Museo de Arte Moderno. Gracias a la Ministra de Cultura, Milagros Germán por poner todo su empeño desde el primer día que le comuniqué mi interés de presentar mi colección del maestro Alberto Ulloa. Su reacción inmediata fue: “Ulloa se merece el Museo de Arte Moderno”, expresó.

Así mismo, agradeció a la Dirección General de Museos y al Museo de Arte Moderno, a todas las personas e instituciones que de una manera u otra han apoyado con entusiasmo este proyecto.

“Espero disfruten este esfuerzo que hemos querido compartir con todo el público. Alberto Ulloa dejó un legado perdurable en el arte dominicano y latinoamericano, siendo una figura clave en la evolución de la neofiguración y un ejemplo para futuras generaciones de artistas”, resaltó el coleccionista.

Luego de estas emotivas palabras, Shanell Cartagena Dopson hija del coleccionista leyó Memorias de una niña, resaltando sus vivencias.

Manifestó que Alberto Ulloa nos ha dejado el legado de la imaginación, de no dejar la niñez a un lado, de no dejar de ser curiosos, de no perder el sentido del humor y de sacar lo positivo de todo lo que traiga la vida.

Con emoción, yo leía cada palabra y, al mismo tiempo, me sentía inmersa en el mundo creativo de Alberto Ulloa. Así que puedo decir que, gracias a las obras del maestro, también aprendí el sentimiento de emoción, pero al mismo tiempo la importancia de tratar de plasmar y comunicar lo que vemos y lo que sentimos.

Durante los años, presencié cómo su obra se fue transformando, cómo él comenzó a jugar con colores más vibrantes y técnicas diferentes. Tuve el honor de escucharlo hablar de sus obras, de verlo crear, pero más allá de todo eso, tuve el honor de escucharlo hablar de la vida. Hoy en día, el gran maestro Alberto Ulloa es conocido como uno de los artistas más destacados de nuestro país, tanto nacional como internacionalmente, pero para mí, con sus obras y sus palabras, él fue un profesor de la vida.

Sobre Alberto Ulloa (1950-2011)

Nació el 1 de enero de 1950 en la Montaña de Jurutungo, Altamira, Puerto Plata. Desde niño, mostró un talento prodigioso para el dibujo. A los 15 años, en medio de la Revolución de Abril de 1965, se trasladó a Santo Domingo para continuar sus estudios. Fue discípulo de grandes maestros dominicanos como Guillo Pérez, Rosa Tavares, Domingo Liz, Cándido Bidó y Jaime Colson. Egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1974 con perfectas calificaciones, lo que le permitió obtener la beca «Abelardo Rodríguez Urdaneta» para realizar un postgrado en España.

Alberto Ulloa fue un artista plástico multifacético e ícono del Arte Moderno Latinoamericano. Considerado uno de los maestros más influyentes de la República Dominicana, sus innovaciones y aportes técnicos en la neofiguración han dejado una escuela para nuevas generaciones de artistas.

En 1977, recibió el título de Profesor de Dibujo de la Real Academia de San Fernando de Madrid y continuó su especialización en Estudios Superiores de Pintura Mural en la Universidad Complutense de Madrid. En 1981, regresó a la República Dominicana con la misión de construir un patrimonio cultural para su país.

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