Sin lugar a dudas, el año 2020 marcará un ciclo histórico en la humanidad, y con ello en todas las áreas de la vida en sociedad. Por supuesto, la moda no escapa a este impacto que ha hecho que muchos, tras largos meses de confinamiento en sus casas, vuelquen la mirada a sus closets y “repiensen” la forma en que compran la ropa.

Esta transformación también se percibe en los creadores de moda, los diseñadores que marcan tendencias, aquellos que, con su ingenio y creatividad, visten al hombre y la mujer según sus estilos, practicidad, elegancia y gusto.

“Nos hemos dado cuenta de que nos trancamos por semanas y semanas y no necesitamos toda esa ropa que tenemos en el armario, y yo estoy seguro de que esto nos hará cambiar en lo que compramos y cuánto compramos”, reflexiona el reconocido diseñador dominicano Sully Bonnelly, quien durante décadas ha vestido a reconocidas personalidades nacionales e internacionales.
El creador de moda, que durante años estuvo al lado del inmenso modisto, también orgullo dominicano, Oscar de la Renta, stá muy consciente de que frente a la “covidianidad” todos los que hacen moda estan abocados a cambiar.
“Tendremos que cambiar porque el consumidor se va a empezar a dar cuenta que la moda antes de COVID-19 se va a ver ‘pasada de moda’. Nuestras mentes como consumidores están y seguirán cambiando”, expresó recordando el impacto histórico que tuvieron en la industria acontecimientos como la peste negra, la gripe española o la Segunda Guerra Mundial.
Pero ante esta realidad, Sully Bonnelly, un diseñador apasionado de lo que hace, está muy optimista y seguro de que vendrán tiempos mejores. Su apuesta es “mirar al futuro y crear ropa que nos haga sonreír”.
Su mente está en constante creatividad por lo que sus proyectos son muchos y la satisfacción que va dejando la culminación de cada uno de ellos es inmensa. Eso y el disfrute vivido durante el proceso de realización son de las cosas que le hacen sentir feliz como profesional y como ser humano.
“Actualmenteestamos trabajando en muchos proyectos y la gran mayoría es a largo plazo; nosotros trabajamos con tiendas que tienen alcance a las masas, del tipo Jumbo, para las que hacemos la colección de trajes de baño u otras en Europa, los Estados Unidos o China, donde diseñamos colecciones exclusivas para tiendas especializadas.
El profesional de la alta costura nos adelanta queya tiene varios meses trabajando en la colección Sully Bonnelly para Jumbo. “Modestia aparte, está quedando espectacular, llena de colores y variaciones y esta vez vamos a introducir piezas para hombres y niños y niñas”.
A Sully Bonnelly se le nota la pasión por lo que hace, su entusiasmo cuando habla de sus proyectos es contagioso y devela a una persona que está en uno de los mejores estadios de su vida. “Estoy disfrutando de mi vida, de lo que tengo, de lo que me rodea, mi familia, mis amigos, mi mundo #mundosully”.
Moda mexicana
Bonnelly tiene, junto a su esposo Robert Littman, una colección de vestidos tradicionales mexicanos que viaja conjuntamente con la colección Gelman, (propiedad de su pareja), que es la segunda de arte mexicano de más importancia en el mundo. Bonnelly es el curador de la colección de ropa mexicana que está mayormente enfocada en el traje de Tehuana, que le gustaba a la famosa pintora Frida Kahlo. Para la presentación de alguna de las piezas, creó faldas con un estilo Frida Kahlo.
Nos cuenta que, aunque mucha gente no lo sabe, las faldas de Frida estaban hechas por ella, su mamá o alguna modista. Ella buscaba sedas chinas y algodones en las tiendas de la época y las diseñaba.
Una de sus pasiones: amante de las biografías
Sully es un diseñador con una amplia cultura, es amante de la lectura. Disfruta mucho leer las biografías, porque, según dice, se aprende de todo leyendo sobre otros.
Su más reciente lectura fue la biografía de Charles James, “un diseñador americano que fue un genio y que probablemente muchísima gente no conoce el genio que fue”.

Comenta que de este libro aprendió cómo él se creó como diseñador y sobre todo, cómo se adaptó a las circunstancias de vida y de trabajo para que sus diseños fueran únicos y sumamente deseados por quienes vivían un estilo de vida que requería creaciones de avanzada. “Tuvo toda la fama del mundo y murió sin un peso, dejando un legado de diseños que es inigualable”.
¿Cuáles son esas cosas de la vida que le hacen feliz?
“Mis pasiones me hacen feliz”, es la respuesta que al vuelo da el diseñador a esta pregunta. Y continúa: la vida con su esposo, tomar clases de dibujo y del arte de arreglo floral japonés Ikebana, que está aprendiendo con una “Master Ikebana”. Revela que ya cuenta con su propio jardín, entre ellos uno de rosas, todo plantado en maceteros.

Dedicar tiempo a ayudar a otros también le hace feliz. Es voluntario en God’s Love We Deliver, que reparte comida diariamente a personas que no se pueden mover de su casa, ya sea por la edad o por enfermedad.
También su voluntariado para niños Mama Tingó está en la lista de actividades que suman felicidad a su vida. “Ahí yo le leo historias a niños de 4 o 5 años, y algo que realmente me ilumina la mente es ver cómo estos niños absorben información. Cada año, en enero, hablamos de ropa y cuando yo les digo que todos tienen la posibilidad de diseñar su propia ropa, ¡hay que ver cómo se les ponen los ojos a los que serán nuestros diseñadores del futuro!”.
Sully recrea el impacto de acontecimientos históricos en la moda
La peste negra. Después de esa pandemia vino el Renacimiento, una de las épocas más innovadoras y llena de creatividad de la historia. Los vestidos de las mujeres se hicieron más apretados y los escotes más abiertos, los humanos cambiamos.
La fiebre española. Hace cien años vimos venir, por primera vez en la historia del vestido, la falda corta de los años 20.
Segunda Guerra Mundial. Poco después de finalizar, en 1947, cuando todavía había escasez de tela y materiales, Cristian Dior lanzó en París el “nuevo look”, creando vestidos con más de 40 yardas de tela. Fue la influencia de los años 50 con la falda ancha.}