Hoy, 29 de julio, se cumplen 41 años desde que Lady Di y el príncipe Carlos se dieron el ‘sí, quiero’ en Londres. A la ceremonia, realizada en la catedral de San Pablo, asistieron 3.500 invitados y hubo gran expectación.

La noticia del casamiento causó una gran agitación social ya que el primogénito de la Reina Isabel II se casaba con una joven que, aunque pertenecía a una familia aristocrática, no tenía sangre real. La ciudadanía ya tenía a su aclamada princesa. Una chica tímida, guapa, que logró cautivar a todos los británicos por su sencillez y que rápidamente fue apodada como ‘la princesa del pueblo’.

El hecho de que Lady no descendiera de una familia real, no fue la única tradición que no cumplieron los novios: el anillo de compromiso no fue diseñado para ella, sino que fue elegido de un catálogo. Además, la pareja decidió darse el beso de recién casados desde el balcón de Buckingham ante los miles de asistentes que había allí.

 El matrimonio entre Lady Di y Carlos de Inglaterra costó cerca de 47 millones de euros.

Hermoso vestido

Diana lució un vestido impresionante, diseñado por los hermanos  David y Elizabeth Emanuel, que se caracterizó por ser de todo menos sencillo y cuya elaboración fue valorada en 180.000 euros. Tenía mangas voluminosas, sedas flotantes, una cola de tafetán de casi 8 metros, cintura ceñida y encaje antiguo bordado con perlas y lentejuelas.

Sin embargo, ni Lady Di ni los diseñadores contaban con los problemas que trajo consigo el vestido hasta el mismo día de la ceremonia. Diana de Gales necesitó hasta 15 pruebas antes de ponérselo y darse el ‘sí, quiero’ ya que, durante los meses en los que estuvieron preparando la boda, adelgazó y perdió varios centímetros de cintura.

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